sábado, 14 de mayo de 2011

Imagine there's only music



La música era la reina en ese lugar. Reinaba en todos y cada uno de nosotros. Mientras subíamos al coche, ahogaba el sonido de las ruedas y los motores dejando que sus acordes fluyeran. Aunque nadie la escuchaba, solo yo, pero me gustaba soñar en un mundo así, hecho de acordes y melodías, sin ruidos ni coches.
Why Georgia, why sonaba, frase dicha por John Mayer. Sonaba y retumbaba en mis oídos, haciendo que mi cansancio se volviera más dulce.
De golpe, una florecita que estaba sola, muy sola en el suelo, como si hubiera nacido, crecido, brotado por error, empezó a bailar, en medio del calor, del bochorno y el sol que, a pesar de todo, le ayudaba a vivir, empezó a bailar los acordes de esa canción que pensaba que sólo yo escuchaba.
De golpe me di cuenta de que había vida dónde yo nunca la hubiera buscado. Me di cuenta de que el color amarillo de esa flor cada vez brillaba más, que bailaba sin la fuerza del viento, que la fuerza de la voluntad era más reina que cualquiera otra. Que había fuerza dónde yo pensaba que solamente se hallaba debilidad. Que la eterna soledad se podía combatir. Que la flor iba haciendo amigos a lo largo de su vida. Tenía una vida de paso pero en ese instante tenía la música, tenía una de las cosas más bellas del mundo, y lo más importante era que, muchos no sabían apreciarla cómo ella lo hacía.

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