domingo, 18 de septiembre de 2011

Que fácil es huir, fácil y eficaz.




Es tan fácil huir, mirar para atrás y ver el agujero por dónde la realidad se te escapó de las manos, por donde se empezó a mezclar con el aire fresco y lo contaminó un poquito, y te nubló la vista y luego la nube desapareció. Es tan fácil huir, y tan eficaz, ¿Cuántas veces no has querido huir y dejarlo todo? ¡Todo! Cuántas veces lo he pensado yo… en dejar mi monotonía asfixiante, los cambios y enfados repentinos, las broncas matutinas, todo… El estar entre la espada y la pared, entre él y ella, y yo en medio, en irme, y que se espabilen todos sin mí, en ver si me echarían en falta, o en mejor no verlo. En no tener que afrontar nada (ya que estoy cansada de hacerlo). Cuántas veces he pensado en gritar a los cuatro vientos que la vida no se vive, se sufre, que es difícil. Cuántas veces he querido pedirles a todos que sumen sus derrotas, sus lágrimas, que las valoren al lado de las buenas… Cuántas veces he querido mostrar que las sonrisas no son tantas, que en realidad no son tantas... Que nuestra vida la marcan las lágrimas, los malos tragos, los tropiezos… que la vida no se vive, se sufre…


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Me cuesta fingir que no me gusta estar contigo




Odio, bronca y olvido. Sucedieron un poco, sólo un poco. Las palabras nos sedujeron y acabamos con el odio, lo aniquilamos y quedamos suspendidos en el olvido. Al vacío, no, no quiero lanzarme, sólo quiero sentirlo, sentir que me duermo en su cuna, sentir que no hay espacio para el dolor porque todo el espacio es mío. (Hay que ver qué delirios tengo.) ¿Olvido? ¿He dicho olvido? Sí, me gustaría lanzarme al vacío, para sentir por unos segundos que sales de mi cabeza y me liberas, rápido, me liberas en un momento, en un latido en el que toda mi sangre me recorre todas mis venas, y estoy sin ti pero ya no importa. Me lanzaría al vacío sin pensar en las consecuencias, imagínate como llegas a afectarme.


Jugamos a ser humanos en esta habitación gris;